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Vive un Berlín diferente: 5 alternativas a las atracciones más turísticas

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03/12/2024
Berlín es una de las grandes capitales europeas y una ciudad intensa y vibrante. El adjetivo multicultural encaja a la perfección en esta urbe que impresiona por su escena cultural, su faceta artística y su variada oferta gastronómica de carácter internacional: las propuestas culinarias berlinesas conviven con una nutrida selección de platos vietnamitas, italianos, griegos o turcos. En definitiva, Berlín es un destino que sabe cómo adaptarse a los gustos de cada tipo de visitante. Y si eres de los que huyen de las atracciones turísticas más típicas, sigue leyendo.
La capital alemana conquista por su enorme surtido de museos y monumentos, entre los que se encuentran algunos de los más icónicos del mundo: la Puerta de Brandeburgo o el Muro de Berlín. A pesar de que cada uno de estos enclaves fascina hasta al viajero más escéptico, en la urbe alemana hay mucho más. Toma nota de estas propuestas para exprimir Berlín de una manera diferente a la habitual.

1. Sube al columpio más alto de Europa

Berlín tiene la dicha de acoger el columpio de mayor altura del continente europeo. En concreto, esta atracción te permitirá columpiarte a 120 m de altura y disfrutar de las vistas de Alexanderplatz, una de las plazas más emblemáticas de la ciudad. Acércate al céntrico hotel Hotel Park Inn para disfrutar de esta emocionante actividad.


 

2. Explora la zona de Teufelsberg

Entre los sitios más curiosos y menos transitados por los turistas se encuentra Teufelsberg. Traducida del alemán como “la montaña del diablo”, esta colina fue usada después de la II Guerra Mundial con fines militares por Estados Unidos. El denominado radar de Teufelsberg fue un complejo de edificios construido para los servicios de inteligencia estadounidenses. Tras el fin de la Guerra Fría, la estación quedó desmantelada, si bien hoy en día aún es posible pasear entre las ruinas que se han convertido en objeto de deseo de los artistas callejeros.


 

3. Visita el Museo Alemán del Espionaje

Es posible que entre tus visitas programadas estén los museos más famosos de Berlín, como el Museo Antiguo, el Museo de Historia Natural, la Antigua Galería Nacional o la Galería Berlinesa. Sin embargo, hay otros menos conocidos que, a menudo, caen en el olvido y ¡merecen mucho la pena! Es el caso del Museo Alemán del Espionaje, dedicado a uno de los oficios más antiguos del mundo: el espionaje, sí, lo has adivinado. Inaugurado en el año 2015, propone una exposición interactiva que gira en torno a las actividades de inteligencia en la Guerra Fría, momento histórico en el que Berlín era la capital de los espías. La visita no solo anima a sumergirse en la historia del espionaje, sino también a experimentarlo en primera persona a través de interesantes actividades.

4. Pon a prueba tu paladar en el Museo de la Comida Repugnante

Muy curioso es también el Museo de la Comida Repugnante, dedicado a una sensación muy humana e imposible de controlar, como es el asco. Durante la visita, este museo ofrece una muestra de algunas comidas del mundo un poco peculiares y no aptas para todos los paladares. El plato fuerte del museo (nunca mejor dicho) es un espacio en el que los más atrevidos podrán poner a prueba su sentido del gusto.


 

5. Asiste a un concierto en la Iglesia Memorial Kaiser Wilhelm

La Iglesia Memorial Kaiser Wilhelm no solo es uno de los templos más destacados de Berlín, sino que es historia viva. Esta iglesia fue destruida en la II Guerra Mundial durante un bombardeo y, lo más curioso, no se reconstruyó. Quedó en ruinas como recuerdo de los horrores de la guerra. Hoy en día, es uno de los lugares más visitados por los turistas, pero lo que no todos los viajeros saben es que se puede disfrutar de un concierto de música clásica en su interior y así escuchar las grandes composiciones de Vivaldi, Händel o Sebastian Bach en un entorno como ningún otro.

Entre las atracciones más turísticas y las que no lo son tanto, ¡en Berlín es imposible aburrirse! Apunta todas estas actividades para descubrir la faceta más desconocida de la ciudad.